domingo, 3 de julio de 2011

La Madre Gratitud

 

Hace días, el pensador publicaba una entrada en su blog sobre un niño que corría cierto peligro y los padres, ajenos a lo que sucedía no agradecieron al pensador y su pareja que el niño no pudiera caer por un sitio …hoy me ha sucedido algo relacionado con un niño pero no sufría, en este caso, ningún peligro más que el susto que se ha llevado el pobre. Con permiso de El pensador Compulsivo, he decidido poner casi el mismo título a esta entrada.

Estábamos comprando en jardiland, un tipo supermercado que como bien podréis deducir por el nombre trata sobre todo lo relacionado con el jardín, e íbamos mirando plantas para casa. Al ratito nos pasa por delante un niño de una edad de tres años aprox diciendo “mama?, mama?” y mi mujer le llama la atención y le seguimos con la mirada para asegurarnos de que se va a reencontrar con su madre. Pero el niño después de deambular pasillo por pasillo se frena en seco y empieza a llorar. Como no podía ser de otra manera, no podemos dejar indefenso a un niño de tan poca edad y me dirijo hacia él. Otro chico que estaba al final del pasillo ve al niño llorando y reclamando a su madre y se dirige hacia él, se asusta y se dirige hacia mi.  Cuando ve que me acerco se asusta y corre en dirección opuesta a mi, pero ve de nuevo al otro chico y frena en seco “acorralado” por nosotros. Me inclino a su altura y le pregunto si está buscando a su mamá y me dice que si. Le digo que no se preocupe, que le ayudaré a buscarla. Por el camino iba llorando y le digo: pero si quieres que te ayude a buscar a tu mamá tienes que dejar de llorar y ayudarme a encontrarla, que yo no la conozco. Como una fuerte influencia, deja de llorar. A todo esto mis hijos que me ven de la mano de otro niño y las típicas preguntas: ¿quién es este niño? y les digo que se ha perdido y que me ayuden a buscar a su madre. Nos paseamos por todos los pasillos y no damos con su familia. Por un momento, empiezo a tener un escalofrío pensando si realmente alguien ha podido abandonar a ese niño, tal y lo que he visto por mi trabajo, todo es posible. Lo sorprendente, es que no veíamos a ningún padre o madre reclamando por un niño y eso, era sospechoso.

Al girar otra vez por los pasillos yo le iba preguntando si no veía a su papá o mamá y seguía negando. De repente una mujer se nos coloca delante y seguimos paseando detrás de ella. De repente, la mujer le grita a su marido que está al final del jardiland que dónde estaba (creo que dijo Eric) y el padre mirando detrás suyo y la mujer que empieza a gritar su nombre. Empiezo a llamarla: “señora!!!, señora!!!” al final se gira y me ve de la mano de su hijo. La cara de la pobre mujer lo decía todo… lo cogió en brazos y, en este caso, me dio mil gracias y le expliqué que estaba llorando en un pasillo y que simplemente le acompañé a buscar a su mamá. No le dije que tuviera el mismo cuidado que tengo yo con los míos porque me puedo imaginar lo mal que se puede pasar cuando pierdes a tu hijo. Eso me pasó hace unos cuantos años en la playa con mi hijo. Fue de la manera más absurda. Todos estábamos en las toallas, bueno, yo estaba en la orilla y el niño le dijo a mi mujer que se iba a la orilla conmigo. Primer fallo: no le siguió la pista al niño. En ese momento, yo volvía de la orilla por otro lado y el niño bajó por otro. Cuando llegué a la toalla mi mujer me preguntó que dónde estaba el niño. Yo le respondí que el niño lo dejé con ella. Y ella se puso histérica. Por suerte el niño me vio como subía por otro sitio y me siguió y volvía a la toalla por el camino que yo volví. Siempre digo lo mismo, el niño es responsable del que lo tiene hasta que lo deja en manos de la otra persona. Cuando vamos a un sitio donde hay mucha gente siempre le recuerdo las normas. El niño va de la mano (en este caso, los niños que ya tenemos dos) y la responsabilidad corre de uno hasta que veas que ya lo tiene el otro y es consciente de ello.

En fin, que el niño lo volví a ver otra vez desorientado, unos metros detrás del padre y éste tan tranquilo, estoy seguro que se volverá a perder viendo la actitud del padre. Pero la sensación que te queda en el cuerpo de ayudar a un pobre niño indefenso y perdido… no tiene precio, al menos para un padre que desde que nacen sus hijos tiene la protección activada al 100%.

A veces, aún siendo bastante controlador con los niños, cuando se mueven de un lado a otro por las tiendas o supermercados y la madre se pone de los nervios, siempre digo lo mismo: en el supermercado no se van a perder, si un caso los pierdes de vista… pero perderlos…aun así, os recomiendo ojos bien abiertos, que se mueven muy rápido y en dos segundos ya han salido de tu perímetro visual.

4 comentarios:

  1. es verdad,con los niños no vale tener dos ojos......hace falta cien.

    ResponderEliminar
  2. Yap, pero la lástima es que el padre otra vez iba a su bola y el niño un pelín desorientado...es que no me sorprende la actitud de algunos padres ya... visto lo visto...
    Un abrizo Bea!!

    ResponderEliminar
  3. yo cuando voy con mi sobrineta la tengo siempre controlada con la mirada y nunca me alejo más de 6 metros ... primero pq se puede desorientar y perderse, luego pq tal vez pueda acercarse sola a algún peligro y no se dé cuenta y también pq en esta sociedad no pongo la mano en el fuego por la gente en general, hay demasiadas noticias por la tele como para confiarse lo más mínimo.

    Es de agradecer que haya padres que se preocupan a ese nivel por los niños ... y luego es completamente frustrante ver a padres que dejan a los niños en el descontrol, muchas veces creo que sufro yo más que los propios padres cuando les veo pasar de ellos de esa manera. Algunas personas tendrían que sacarse el carnet de padres, la verdad ... pero tal y como están los tiempos ya no puede uno ni aconsejar en estos temas sin la posibilidad de salir escaldado en la conversación con los típicos "yo educo a mi niño como quiero, usted no es quién para decirme tal cosa..." ... se ha pasado de educar a los niños de una manera estricta a identificar modernidad con "no educar" directamente como si la educación fuera una imposición inmoral. Creo que en esta generación por primera vez en la historia llegarán a haber más principitos y princesitas que súbditos ...

    ResponderEliminar
  4. Bueno, la gente se excusa con esos comentarios porque no quieren aceptar que una persona que no tiene la misma responsabilidad que tienen ellos sea mucho más responsable que ellos mismos.
    No se si en algún momento lo llegué a comentar, pero cuando era más joven y nos juntábamos en casa de mi hermano con otros amigos con niños, los ponía a caldo y no les aceptaba esas excusas y me decía que ya me encontraría yo siendo padre, que era muy fácil opinar con 20 años. Años después fui padre y cuando me ven actuar con mis hijos me dicen que soy muy estricto con ellos. La disciplina en los niños es el camino hacia su seguridad como persona. A su vez tienen sus momentos en los que pueden gritar, saltar, perder el control, pero cuando se acaba su tiempo, se vuelve a la normalidad. Conozco vecinos, padres del colegio que tienen a sus hijos los fines de semana o cuando están de vacaciones hasta las doce y media, la una o más tarde despiertos. Mis hijos a las diez y media como mucho y en pleno verano se van a dormir, no hay excusas que valgan... luego los padres se quejan que no les dejan ver tranquilos la tele y yo les contesto siempre "pues os jodeis" en casa vemos la tele relajados y lo que queremos mientras los niños duermen placenteramente.
    En lo referente a los principitos y princesitas vas muy bien encaminado. Sólo tienes que ver como defienden a sus hijos porque le han llamado la atención por insultar a la profesora... ¿qué se ha creído la profesora en llamarle la atención a su hijo? si total, solo le ha dicho que era un puta.. ¿donde está el problema?
    Es una ironía y una realidad...

    ResponderEliminar