Las personas son así. No hay vuelta de hoja. Por más que piensas que pueden haber esperanzas de que pueda ir mejor, que la relación se desarrolle con total normalidad, es una falacia. No nos engañemos. Lo peor es que cuando abres las puertas a alguien y luego resulta que en esa persona no hay nada humano, como tú eres bueno, te ves jodido en un asqueroso tio-vivo del cual no hay forma de salir en marcha. Y no esperes a que pare… porque no parará. Y si te bajas en marcha, es posible que te hagas daño, para colmo del olmo!
Esta situación, se está volviendo algo normal en mi vida y acabará por arrastrarme hacia un lado oscuro del cual no querré salir, porque se estará mejor que en el que estás.
Mi casa se está convirtiendo en mi búnker. ¿Para que salir de él? Fuera, sólo existen contados sitios donde estar mejor. El resto, no valen para nada.
Tengo que aprender a caminar en este mundo…